17 de Agosto de 2012
Jaén es la provincia de Andalucía con un mayor consumo térmico de biomasa, alcanzando el 26% del total de la comunidad, según datos de la Agencia Andaluza de la Energía, dependiente de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. La mayor parte de este consumo se realiza en las mismas industrias en las que se genera la biomasa, especialmente en las asociadas al sector del olivar, donde, además de la producción de vapor en almazaras y extractoras, es muy importante el consumo de orujillo para el secado de aceite de orujo en extractoras.
Otro gran sector consumidor es el cerámico, donde la biomasa no solo se emplea como combustible para la caldera, el horno y el secadero sino que también se introduce en la masa cerámica para mejorar el proceso de cocción y las propiedades finales del ladrillo.
Jaén es la primera provincia andaluza en cuanto a consumo total de biomasa, que en 2011 alcanzó los 255,85 ktep (kilotoneladas equivalentes de petróleo) tanto para usos eléctricos como térmicos. En este sentido, los procesos térmicos de la industria son los que han demandado mayor cantidad de biomasa, con el 62% del total. Al respecto, hay que reseñar que la provincia jiennense dispone de casi la mitad, el 48%, del potencial de la biomasa procedente del olivar en la comunidad: orujillo, hueso de aceituna, hoja de almazara y poda de olivo.
Por ello, el consumo de biomasa y los proyectos de producción de biocombustibles, como los ´pellets´ (pequeños cilindros de madera prensada), han encontrado en Jaén su ubicación idónea y la provincia cuenta actualmente con cuatro plantas, con una capacidad de producción de 29,19 ktep/año, que alcanza las 73.000 toneladas anuales, capaces de generar energía para climatización y agua caliente para más de 116.000 viviendas unifamiliares cada año. Y es que la provincia tiene un aprovechamiento anual cercano al 30% de sus recursos biomásicos disponibles.
El sector donde la biomasa está experimentando un mayor incremento de uso es el residencial, a través de la implantación de equipos domésticos de baja potencia, como las estufas que utilizan como combustible ´pellets´. A esto se añade el paulatino aprovechamiento en el sector terciario (hoteles, residencias o colegios), en el que se encuentran ejemplos como el Hotel Sierra de Cazorla, en La Iruela, que utiliza hueso de aceituna para aportar agua caliente sanitaria y calefacción tanto al hotel como a un espá anexo y que recibió para este fin una subvención de la Agencia Andaluza de la Energía de 100.800 euros.
Apuesta de los ayuntamientos
Junto a ello, son muchos los ayuntamientos de Jaén que están apostando por la biomasa térmica en instalaciones municipales de distinto tipo, como piscinas, polideportivos y oficinas en Alcalá la Real, Marmolejo o Quesada.
Destacan también proyectos emblemáticos como la climatización de distrito con biomasa en Geolit, situado en Mengíbar, y que consiste en el suministro de calefacción y refrigeración mediante una máquina de absorción y un sistema de distribución por tubería del agua caliente y fría proporcionados por la combustión en dos calderas de biomasa. Se trata de una experiencia pionera en España al proporcionar la energía necesaria para cubrir las necesidades de frío y calor previstas para un parque tecnológico e industrial. Este proyecto ha obtenido un incentivo económico de la Agencia Andaluza de la Energía cercano a los 2,3 millones de euros.
Mayor repercusión tendrá, si cabe, una iniciativa impulsada desde la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo para instalar calderas de biomasa en los centros educativos de la provincia jiennense y al que ya se han sumado 84 municipios que contarán con calefacción por biomasa en sus colegios.
El uso energético de la biomasa ha tenido en Andalucía una amplia tradición como consecuencia de los importantes recursos existentes en la comunidad, relacionados principalmente con el cultivo del olivar. Sin embargo, es en la actualidad cuando su uso está experimentando un mayor desarrollo, debido a la mejora tecnológica de los equipos para su aprovechamiento, a la adecuación de los biocombustibles a dichos equipos, a la concienciación ciudadana y al impulso del Gobierno andaluz a esta fuente renovable de energía. Todo ello ha hecho que Andalucía sea referente nacional en generación eléctrica con biomasa.