7 de Diciembre de 2019
Ganar la carrera climática significa adoptar una gestión del agua resistente al clima porque sin agua no hay vida. Los impactos del cambio climático se están sintiendo en todo el mundo, con consecuencias muy reales en la vida de las personas y en los sistemas naturales de los que dependemos. Estos impactos se experimentan más directamente a través del agua: inundaciones, sequías, tormentas, aumento de las temperaturas y aumento del nivel del mar.
Al mismo tiempo, los recursos hídricos son cada vez más variables, en parte debido a la crisis climática, lo que reduce la previsibilidad de la disponibilidad y la demanda de agua, afecta a la calidad del recurso y amenaza el desarrollo sostenible.
De estos desafíos se habló en el evento `El agua y los Planes Nacionales de Adaptación´ celebrado en el Pabellón España de la #COP25, en el que participaron Cristina Narbona, miembro de la Red Española de Desarrollo Sostenible y vicepresidenta primera del Senado; Cristina Gallach, Alta Comisionada para la Agenda2030 del Gobierno de España; John Mathews, de la Alianza por la Adaptación Global de los Planes de Riego (AGWA), y Leo Heller, relator especial sobre los derechos humanos al agua potable y el Saneamiento, quienes hablaron sobre lo que están haciendo sus organizaciones y gobiernos para ampliar la acción climática y abordar el agua en el contexto de los Planes Nacionales de Adaptación.
Los participantes coincidieron en señalar en que si bien estos desafíos son grandes, existen soluciones, escalables y replicables, que ya se están implementando en ciudades y países de todo el mundo. Al adoptar herramientas y enfoques de gestión del agua resistentes al clima, los países, las ciudades y las economías pueden adaptarse al cambio climático y contribuir a reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), aliviando o evitando muchos impactos negativos del cambio climático.
En este sentido, durante el debate quedó patente cómo las políticas climáticas inteligentes para el agua pueden facilitar mejores resultados de mitigación y adaptación al cambio climático. La gestión del agua resistente al clima es esencial para ralentizar la tasa de cambio y prosperar a pesar de los continuos impactos climáticos.
Como ejemplo, basta decir que las emisiones de GEI se pueden reducir haciendo un suministro mejorado del agua y el manejo de las aguas pluviales, así como mediante el almacenamiento de carbono en ecosistemas dependientes del agua, como bosques y humedales. Esto proporciona importantes beneficios de mitigación y adaptación, al tiempo que mejora la capacidad de las comunidades para evitar, resistir y recuperarse de eventos climáticos extremos.
Asimismo, se puso de relieve cómo la incorporación sistemática de prácticas de gestión del agua resistentes al clima en los planes y actividades nacionales de cambio climático puede ayudar a evitar la intensificación de las crisis del agua y garantizar que el agua esté disponible cuando y donde sea necesario.