9 de Abril de 2012
Investigadores del Instituto de Tecnología de Materiales (ITM) en el campus de Alcoy de la Universitat Politècnica de València han desarrollado, a nivel de laboratorio, un nuevo producto a partir de residuos de neumáticos fuera de uso de automóviles y camiones que permite absorber el ruido y las vibraciones. Está especialmente dirigido al sector de la construcción, como material para el aislamiento acústico y de vibraciones en paredes, suelos y techos.
En el desarrollo de este trabajo, cuyos resultados han sido publicados en la revista Applied Acoustics, han participado también el Instituto Tecnológico de Rocas Ornamentales y Materiales de Construcción (INTROMAC) de Extremadura y las empresas Cauchos Verdú de Alcoy, RMD de León, Insa Turbo de Aspe y Recipneu de Portugal.
El residuo de neumático está compuesto por partículas de caucho, fibras metálicas y fibras textiles. Algunos de estos componentes, en concreto las partículas de caucho, se utilizan ya, por ejemplo, en campos de fútbol de césped artificial, parques infantiles e incluso en mezclas de asfalto para reducir la sonoridad del tráfico.
La idea de los investigadores de la UPV es ofrecer un producto de mayor valor añadido, incorporando la fibra textil del residuo del neumático, un componente que apenas se aprovecha y del que ya se conocía el potencial que tiene como absorbente acústico. Los beneficios de este producto son tanto económicos como medioambientales, ya que así se evita también que los desechos de neumáticos acaben en los vertederos.
El proceso para el desarrollo del nuevo producto es el siguiente: tras la recogida del neumático, las empresas colaboradoras lo trituran y de ella extraen partículas de caucho de distinto tamaño y forma, así como las diferentes fibras; la metálica se separa mediante electroimanes y la textil por corriente de aire. Una vez que se separan todos los componentes, el producto se elabora por capas: la primera es de elastómero (las partículas), que es la que le da consistencia. Sobre esa capa, se dispone la fibra y se vuelve a compactar. Así se obtiene un producto en el que el elastómero absorbe las vibraciones y la parte fibrosa absorbe acústicamente.
Los investigadores del ITM en el campus de Alcoy apuntan que este producto podría competir como absorbente acústico con los productos del mercado, como la fibra de vidrio y el poliexpan. El equipo de investigadores trabaja ahora en la obtención de diferentes configuraciones multicapa, con las diferentes granulometrías y espesores, en el escalado del producto para obtener piezas comerciales de mayor tamaño y en la optimización de las propiedades del producto.