19 de Mayo de 2014
Derrumbar viejos mitos de la industria química es uno de los objetivos de la empresa gallega Regadi, que se dedica a la recuperación de residuos peligrosos, concretamente disolventes que se emplean en la industria. `Como gestores de residuos siempre hemos estado comprometidos con el medio ambiente y hemos querido desmitificar la relación entre las empresas químicas y la contaminación¡´, indica Begoña Llauger, responsable del departamento técnico.
Regadi recoge en sus instalaciones de Porriño disolventes usados por empresas de sectores como la automoción o el farmacéutico. `Con el uso de disolventes se tiende a la recuperación y la reutilización para reducir residuos y costes´, indica.
Las empresas para las que trabajan suelen ser clientes de Drogas Vigo, empresa matriz que se dedica a la fabricación de disolventes. Regadi recupera disolventes que emplea la industria para su reutilización posterior en sectores como la automoción, farmacéutico, fabricación de pinturas y plásticos, o biodiésel. `La mayoría los manda tratar para reutilizarlos ellas mismas y otras no, pero los demandan empresas de distribución en toda España´, explica Llauger, que está al frente del equipo técnico de la empresa recuperadora, formado por cuatro químicos. Las instalaciones de Regadi fueron diseñadas en colaboración con el departamento de Química de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Vigo.
Lo habitual es que las compañías industriales que envían sus residuos quieran recuperarlos para otros usos propios, como limpieza de instalaciones y equipos (como en el caso de Citroën), o para reutilizarlos en el proceso habitual como ocurre en la industria de la farmacia o del biodiésel. `En este caso básicamente se trata de purificarlo, pero en la automoción los disolventes llegan muy sucios, con restos de pintura, y la mezcla es muy diferente al original´, explica Llauger. La planta de Regadi, que trabaja con volúmenes grandes, estaba inicialmente preparada para tratar 700 kilos por hora pero llegó a alcanzar los 900, y dispone de 16 tanques de recepción y almacenamiento de los residuos y otra instalación de almacenamiento del disolvente reciclado.
Todos los tanques son de acero inoxidable y tienen una capacidad de 24 metros cúbicos. Por su parte, la zona exterior está formada por un equipo de vacío, un evaporador de película fina, una columna de destilación y una torre de tratamiento de compuestos orgánicos volátiles (los vapores o gases que desprenden los compuestos de carbono).
Regadi nació como proyecto en colaboración con la Universidad de Vigo en el año 2000 y recibió la autorización oficial de la Xunta de Galicia en 2007 para operar. Desde 2013 pertenece a la Asociacón Profesional de Empresas Medioambientales de Galicia (Aproema), integrada por más de 40 empresas con un volumen de negocio conjunto de 350 millones y cerca de un millar de empleados.