19 de Noviembre de 2012
Las emisiones de CO2 de la biomasa al combustionar son las mismas que las que se fijan en las plantas durante su crecimiento, por eso la bioenergía tiene un ciclo cerrado. Con los combustibles fósiles la situación es muy distinta. El CO2 almacenado en la tierra, se libera repentinamente a la atmósfera, lo que aumenta la cantidad de CO2 y por tanto la temperatura. Ambos aumentos son nuestra herencia para las futuras generaciones. La sustitución de combustibles fósiles por biomasa contribuye a reducir los efectos del cambio climático.
La bioenergía mejora las masas forestales
La bioenergía estimula el aumento de la superficie forestal. La demanda de madera genera inversiones, tanto en el mantenimiento y gestión de las masas forestales, como de nuevas reforestaciones. La cantidad de carbono almacenado en las masas forestales en Europa aumentó un 26% en los últimos 20 años, según la FAO. El aumento se debe al incremento de la superficie forestal europea (incremento de 3,5 millones ha entre 2000 y 2010, EUROSTAT) y de aprovechamientos forestales muy por debajo del crecimiento annual (sólo el 63% del crecimiento anual se aprovecha, según la Comisión de ONU para Europa, UNECE). Las estadísticas muestran el crecimiento de las masas forestales al tiempo que la bioenergía crece. Sin demanda de madera no hay ingresos para los propietarios forestales, y sin esos ingresos no habría interés en mantener, mejorar y aumentar las masas forestales. “Los incendios forestales del año 2012 son una muestra de la falta de aprovechamiento forestal de las masas forestales españolas”, afirma Javier Díaz, Presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, AVEBIOM. La gestión forestal es clave para reducir el riesgo de incendios y es un gran generador de empleo y riqueza para el País.
Generación de empleo
La gestión forestal en España es sostenible. Los gestores forestales emplean planes de ordenación forestal en los que se garantiza que el aprovechamiento de la masa forestal no sea superior al crecimiento anual de esa masa. El resultado es que la masa forestal siempre crece mejorando su producción. Buena parte del crecimiento de las masas forestales son productos sin valor comercial, hasta ahora, como maderas de diámetro delgado procedentes de las primeras intervenciones en las que los árboles están muy juntos y hay que ir dejando espacio dentro de la masa forestal. Estas maderas, ramas, y serrín y virutas de las industrias forestales son las materias primas forestales que utiliza la bioenergía para sustituir los combustibles fósiles y para producir empleo en zonas rurales, tradicionalmente deprimidas. La bioenergía produce 135 empleos por cada 10.000 habitantes, frente a 9 producidos por los combustibles fósiles.
La Asociación Europea de la Bioenergía, AEBIOM, y la homóloga española, AVEBIOM, afirman con rotundidad que es muy importante que las masas forestales estén cuidadas para mantenerlas sanas y protegidas de los incendios. “Elegir bioenergía en lugar de combustibles fósiles es la elección adecuada para reducir los efectos del cambio climático, ahorrar dinero y generar empleo”, afirma Javier Díaz.