1 de Septiembre de 2016
Las Consejerías de Agricultura y Ganadería y de Fomento y Medio Ambiente, a través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl), tienen entre sus objetivos desarrollar y promocionar el uso de la biomasa forestal y promover actuaciones para mejorar la eficiencia energética en el ámbito de las explotaciones ganaderas de Castilla y León.
El objetivo común de este plan de actuaciones es aunar los beneficios ambientales que conlleva la biomasa como combustible, unido a los impactos positivos generados en la economía de las zonas rurales, y la sanidad de las explotaciones ganaderas -especialmente en las de porcino y aves-, de forma que el uso de la biomasa en las explotaciones, además de garantizar un suministro energético a precios competitivos, permite disponer de un sistema individualizado y seguro de destrucción de cadáveres en la propia explotación.
Para ello, se han seleccionado una veintena de explotaciones ganaderas, más una incubadora y un matadero, donde se desarrollarán seis proyectos en las provincias de Ávila, Burgos, León, Palencia, Segovia y Valladolid con una inversión prevista de 1.690.747 euros y que se ejecutarán durante los años 2016-2017. La empresa Somacyl será la encargada de ejecutar, financiar las inversiones y suministrar la biomasa forestal necesaria, suscribiendo contratos con las explotaciones para la gestión energética de las instalaciones. Estas explotaciones cuentan con un tamaño suficiente para garantizar la viabilidad financiera de las inversiones.
Proyectos piloto de calefacción y bioseguridad
En los seis proyectos que se están desarrollando en las diferentes provincias de Castilla y León, tres de ellos han sido para granjas porcinas y dos para avícolas. El sexto proyecto, que ha contado con una inversión muy superior al resto, ha sido para la gestión de purines y el aprovechamiento energético.
El primer proyecto se desarrolla en la granja porcina de Santo Domingo de las Posadas, en Ávila, que se encuentra actualmente en construcción y albergará a más de 2.700 animales. En ella se instalará un incinerador con biomasa, con recuperador de humos de escape, para la gestión de los cadáveres generados por la explotación, así como una caldera de biomasa para dar apoyo al recuperador, con una inversión de 189.900 euros.
El segundo proyecto se ejecuta en una granja porcina en Pollos, en Valladolid, destinada a la cría genética de madres con capacidad superior a 2.700 animales. Este incluye la instalación de una caldera de biomasa con agua caliente para la zona de destetes y un incinerador de biomasa con recuperador de humos de escape para la gestión de los cadáveres generados en la explotación, con una inversión de 178.475 euros.
El tercer proyecto se desarrolla en nueve granjas ubicadas en los municipios segovianos de Tejares, Sacramenia y San Miguel, en un radio de 15 kilómetros, y con una inversión de 178.475 euros se instalará un incinerador con biomasa con recuperador de humos de escape, situado en un punto intermedio, para la gestión de los cadáveres generados de los que se hará cargo la propia empresa.
El cuarto proyecto es una planta incubadora en Dueñas, en Palencia, donde se prevé proveer a cinco granjas reproductoras que envían casi diariamente los huevos para incubar, y se encuentran situadas en un radio de 25 kilómetros. Consiste en implantar un incinerador con biomasa para poder quemar los subproductos generados en la incubadora y los cadáveres de las granjas a lo que se sumará un recuperador de humos, por 92.500 euros.
El quinto proyecto se desarrolla en un matadero avícola situado en Ferral de Bernesga, en León, que consta de un matadero avícola y varias granjas de producción de broilers. Por ello, se va a implantar un incinerador con biomasa para poder quemar todos los subproductos generados en el matadero. La inversión es de 92.500 euros.
Finalmente, el último proyecto piloto es para la gestión de purines y el aprovechamiento energético en la localidad burgalesa de Melgar de Fernamental con una inversión de 1.049.672 euros. El objetivo es evaluar la viabilidad real de la generación y el uso del biogás en explotaciones ganaderas. Por ello, el proyecto piloto consiste en la implantación de un digestor de biogás alimentado con los purines que genera la explotación y con una pequeña fracción de gallinaza, en el cual se producirá el biogás necesario para atender la demanda térmica de la explotación, dando servicio de calefacción a las diversas naves de la explotación porcina a través de la combustión de dicho biogás en calderas específicas para este fin.
Beneficios para las explotaciones ganaderas
La sanidad de las explotaciones ganaderas constituye una prioridad en el sector, convirtiendo la bioseguridad en objetivo clave de estas explotaciones. Así, este nuevo Plan aporta beneficios para la sanidad y producción animal tanto en el refuerzo de la bioseguridad de las explotaciones, como en el ahorro tanto de energía como de retirada de cadáveres.
En cuanto a la bioseguridad, las explotaciones ganaderas están obligadas por normativa comunitaria a disponer de un plan de gestión de los cadáveres producidos en ellas. Estando prohibido el enterramiento de cadáveres de forma genérica, actualmente, la práctica totalidad de explotaciones los retiran a través de un gestor que realiza una ruta con una periodicidad determinada por todas las explotaciones recogiendo los cadáveres que los ganaderos depositan en un contenedor. A pesar que los contenedores están situados en el perímetro de las explotaciones, el trasiego de vehículos entre explotaciones ganaderas no está exento de una posible trasmisión de enfermedades a una explotación siendo el transmisor el vehículo o la persona en cuestión que realiza la ruta entre explotaciones.
A través de la instalación de hornos crematorios en la explotación desparece este trasiego de vehículos y personas entrando en las explotaciones ganaderas para retirar los cadáveres puesto que ya son incinerados en la propia granja. Esto supone la práctica desaparición del riesgo de trasmisión de enfermedades por esta vía lo que conlleva un refuerzo considerable de la bioseguridad que incide directamente en la competitividad de las explotaciones
Con este Plan se incrementa el ahorro energético en la explotación, de tal manera que el calor generado en las explotaciones ganaderas que utilicen este sistema no se desperdicia, se utiliza para proporcionar calefacción a los animales de la explotación que, es especialmente necesaria en el caso de los lechones en el ganado porcino y en el ganado avícola.
Supone, también, un ahorro en la gestión de los cadáveres, puesto que la retirada de los animales muertos conlleva una serie de gastos para las explotaciones ganaderas que, en algunos casos son muy altos y especialmente en determinadas explotaciones de ganado porcino y aviar con un elevado censo.