13 de Julio de 2012
“Una tasa del 11% sobre la facturación de las empresas eólicas como la que baraja el Gobierno podría ser el golpe definitivo para el sector, al comprometer la viabilidad de un número importante de parques instalados”, afirma Rocío Sicre, presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). La eólica es ya la tecnología que soporta una mayor presión fiscal ya que, a los impuestos comunes a las demás tecnologías (los estatales y los municipales), hay que añadir los cánones que se aplican en algunas comunidades autónomas.
El eólico es un sector con una rentabilidad muy ajustada y una mayor presión fiscal supondría problemas para que las empresas hiciesen frente a sus pagos, entre ellos los financieros. Las compañías eólicas han hecho un fuerte esfuerzo inversor en los últimos años, lo que ha supuesto un elevado nivel de endeudamiento, y sus activos aún no están amortizados.
“El Gobierno tiene la oportunidad histórica de plantear un modelo energético sostenible a largo plazo, que siente las bases de una España moderna, independiente energéticamente y que atraiga inversión. La eólica debería ocupar un lugar preponderante en este futuro y, sin embargo, las nuevas medidas que se barajan van en el sentido contrario. No apostar por la eólica hoy sería un error histórico”, afirma Sicre.
AEE entiende la delicada situación de la economía española y la necesidad de tomar medidas de ajuste. Sin embargo, recuerda que el sector ya se encuentra bajo una moratoria para nuevas instalaciones y sin un marco regulatorio más allá de finales de 2012, lo que ya amenaza la supervivencia en España de la industria eólica, desde los grandes fabricantes a los pequeños proveedores.