28 de Marzo de 2011
La energía nuclear debería cubrir al menos el 20% del consumo mundial para jugar un papel relevante en la lucha contra el cambio climático, lo que exigiría la construcción de al menos otras 1.500 centrales nucleares, tres al mes durante los próximos 60 años.
La Fundación IDEAS, ante el debate que se ha abierto nuevamente en la sociedad española y mundial en torno a la energía, se ve en la obligación moral de volver a salir ante la opinión pública para expresar su posición, y, de paso, desmentir ideas, algunas errónea y comúnmente aceptadas, que argumenta el lobby que defiende la energía nuclear:
1. 1.500 centrales más: En la actualidad, en el mundo existen unas 440 centrales nucleares activas, las cuales generan aproximadamente un 6 por ciento de la energía disponible. La mayoría de ellas son antiguas – construidas antes de la década de los 90- y pronto será necesario reemplazarlas ya que ha superado el ecuador de su vida de diseño. Según el informe “Un nuevo modelo energético para España. Recomendaciones para un futuro sostenible”, elaborado por el departamento de Economía y Sostenibilidad de IDEAS, si aceptamos un costo mínimo de 2.000 millones de dólares por unidad operativa, sería necesario, como mínimo, destinar más de un billón de dólares a reponer el parque de explotación. Asimismo, las proyecciones demográficas apuntan hacia un aumento de la población mundial de 6.800 a 8.000 millones de personas, lo que significa que la aportación nuclear al parque energético mundial descendería por debajo del 6%.
2. Tarea faraónica: Los defensores de la energía nuclear destacan que la energía nuclear no emite CO2 y ayuda a mitigar el cambio climático. Sin embargo, la energía nuclear debería cubrir al menos el 20% del consumo mundial para poder jugar un papel relevante en la lucha contra el calentamiento global. Según IDEAS, alcanzar ese 20% exigiría reemplazar la totalidad de las centrales nucleares en operación (440), y construir al menos otras 1.500 más, para alcanzar un parque de 2.000 centrales nucleares en todo el mundo. Esto, que es lo que propone la Organización Mundial de la Energía, supondría un coste global de casi 9 billones de dólares, y empujaría al mundo a la tarea hercúlea de construir 3 centrales nucleares al mes durante los próximos 60 años, algo que las empresas del sector energético y de servicios consideran directamente imposible.
3. El problema de los residuos y la seguridad: Tal y como argumenta IDEAS en su documento, tras 60 años de era nuclear, la ciencia no ha conseguido solventar al 100% el problema del transporte, almacenaje y eliminación de los residuos nucleares. Como resultado de ello, las varillas de combustible nuclear empobrecido se acumulan en instalaciones radioactivas por todo el mundo.
4. Responsabilidad civil y cementerios nucleares: Ninguna aseguradora, además, quiere hacerse cargo de la responsabilidad civil en caso de catástrofe, costes que siempre asumen los estados. Igualmente, corresponde a los poderes públicos la construcción de Almacenes Temporales Centralizados (ATC) de residuos nucleares, también conocidos como cementerios nucleares. Si hubiera que imputar los riegos de catástrofe y de construcción de ATCs al coste total de producción de energía nuclear, ésta sería carísima.
5. Consumo ingente de agua dulce: Los defensores de la energía nuclear tampoco tienen en cuenta los volúmenes ingentes de agua dulce que son necesarios para refrigerar los reactores de las centrales nucleares. Solo en Francia, las 59 centrales que tiene el país vecino absorben un 40% de consumo total anual de agua dulce para enfriar los reactores. Este agua recalentada fluye directamente a los sistemas fluviales y sus sistemas secundarios, los deshidratan y provocan un aumento de la sequía inducida.
6. Generar energía in situ: La Fundación IDEAS entiende, por tanto, que el modelo nuclear pertenece al pasado, y apuesta por una nueva época de energías renovables y producción en red en el que tanto las empresas como los propietarios de casas puedan generar su propia energía –bien sea solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica, de desechos, agrícola, forestal, etc.-, y almacenarla en forma de hidrógeno, compartiendo su exceso de capacidad con millones de usuarios del resto del mundo por medio de redes inteligentes, de igual manera que hoy compartimos información a través de redes como Internet.
7. El caso de España: Casi todo el parque español (Garoña, Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Vandellós II y Trillo), con la excepción de Garoña, está, aproximadamente en la mitad de vida de su diseño. Por ello, la Fundación IDEAS propone un plan de sustitución de la energía nuclear de forma ordenada, siempre y cuando se avance en el despliegue de fuentes de generación renovable, así como en sistemas de almacenamiento y gestión de la demanda. IDEAS, por tanto, reitera su posición de cerrar todas las centrales nucleares de España al término de su vida de diseño (la última, Trillo, en agosto de 2028) por un mix renovables y gas natural, todo ello si, como parece probable, la nuclear sigue sin resolver sus problemas básicos, y suponiendo que las renovables consoliden las previsiones de alcanzar un notable desarrollo tecnológico en los próximos 10 años.
8. El informe del Massachussets Instituto of Technology (MIT): Considerado mundialmente hasta el momento el intento más serio de analizar cuantitativa y cualitativamente el futuro de la energía nuclear, el informe concluye que la energía nuclear arrastra cuatro problemas críticos desde sus comienzos que aún debe resolver: coste, seguridad, residuos y proliferación, este último con el peligro de incumplimiento del Tratado de No Proliferación (TNP).
9. En conclusión: Para la Fundación IDEAS, la energía nuclear es mucho más costosa que las renovables y tiene efectos inducidos que deterioran el medio ambiente, además del problema de la gestión segura de los residuos. Aunque hay que reconocer que, a día de hoy, aporta puestos de trabajo, el mejor enfoque de la energía renovable distribuirá cientos de miles de empleos en España, en la instalación e implementación de tecnologías basadas en la energía renovable, en la conversión de edificios que hoy existen para que obtengan energía directa, en la creación de una infraestructura de almacenamiento de hidrógeno, y en la reformulación del sector del transporte mediante el uso de vehículos eléctricos que funcionen en base a modelos de carga eléctrica directa.