12 de Diciembre de 2015
El Acuerdo alcanzado hoy en la Cumbre del Clima de París es histórico ya que por primera vez se adopta por el conjunto de la comunidad internacional y es jurídicamente vinculante para todos los países. El texto es ambicioso y equilibrado para todos y es un logro de la comunidad internacional. No es perfecto para nadie pero es un éxito para toda la humanidad. En este sentido, el Acuerdo de París se basa en seis principios: diferenciado, justo, ambicioso, duradero, equilibrado y jurídicamente vinculante.
El principal objetivo de este Acuerdo es limitar el incremento de la temperatura media global por debajo de los 2ºC, y trabajar hacia escenarios compatibles con los 1,5ºC. Se consagra la mayor ambición posible para reducir los riesgos y los impactos del cambio climático en todo el mundo. La coalición de la ambición entre la Unión Europea, los Estados del grupo África, Caribe, Pacífico y Estados Unidos ha conseguido que se introduzca este objetivo que no estaba encima de la mesa cuando se iniciaron las negociaciones de Paris.
REVISION CADA 5 AÑOS
En este sentido, cabe resaltar que esto no es un objetivo aspiracional, sino que su alcance se va a ir revisando cada cinco años cuando se haga balance del estado de situación y se consideren las siguientes rondas de compromisos, que siempre tendrán que ser más ambiciosos de los actuales.
En el Acuerdo, se pone en valor la importancia de la adaptación a los impactos del cambio climático en un contexto en el que todos los países tienen que adaptarse a los efectos del incremento de la temperatura global. Además, se crea un marco de cooperación global para que los países en desarrollo más vulnerables puedan afrontar las pérdidas y daños asociados a estos impactos.
Esto supone un reconocimiento, en un tratado internacional, de las necesidades específicas que tienen los países más vulnerables y que vienen demandando desde hace años.
FINANCIACION PARA EL CAMBIO DE MODELO
Para conseguir un desarrollo sostenible duradero a nivel global, el Acuerdo de París pone las bases para una transformación de los modelos de desarrollo hacia patrones bajos en emisiones. Para ello, se cuenta con un importante paquete financiero que ayudará a la implementación del Acuerdo y que deberá construirse sobre la base del objetivo de movilización de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, a través de distintas fuentes, y que se revisará más adelante. Si bien la financiación climática vendrá fundamentalmente de los países desarrollados, se reconoce por primera vez los esfuerzos voluntarios de los países en desarrollo.
PUNTO HISTÓRICO DE NO RETORNO
El Acuerdo refuerza el sistema actual de transparencia y rendición de cuentas de la Convención de Cambio Climático, para fortalecer la confianza conjunta entre los países y para contar con información suficiente para poder hacer balance cada cinco años en el mecanismo de revisión.
Este Acuerdo es, además, un punto de no retorno histórico de movilización gubernamental sin precedentes, como ya se ha visto con los 189 planes de lucha contra el cambio climático presentados hasta ahora. Pero además, se han puesto las bases para promover acciones no gubernamentales, de empresas, sociedad civil, así como de acciones adicionales de actores regionales y locales, a gran escala con las que hacer frente al cambio climático.
Asimismo, los Estados insulares consiguen el mecanismo de cooperación de perdidas y daños; Latinoamérica, los bosques; los países productores de combustibles fósiles, un mecanismo para su diversificación económica; y un paquete financiero para los países en desarrollo, que contemple la lucha contra la pobreza y la protección de la producción alimentaria.