10 de Abril de 2013
Cuando la iniciativa pública y la privada trabajan conjuntamente es posible sacar adelante proyectos que benefician al territorio. El ejemplo lo encontramos en la central de biomasa inaugurada en el día de ayer, la primera industria de valorización energética que se instala en Aragón, es decir, un hito en el desarrollo de los proyectos de Biomasa forestal de la Comunidad Autónoma y un referente de ámbito nacional.
La Presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, acompañada por el Consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Modesto Lobón, el presidente de la Mancomunidad Forestal Ansó-Fago, Félix José Ipas, y el Consejero Delegado de Dalkia España (empresas participante en el proyecto), Hervé Péneau, han inaugurado ayer por la mañana la central de Ansó.
“El Gobierno de Aragón ha apoyado esta iniciativa, flexibilizando las medidas normativas y administrativas necesarias, como la Modificación de la Ley de Montes. Hay que aprovechar todo el potencial unido, el público y el privado, y desde las administraciones lo que tenemos que hacer es animar, y facilitar la vida al emprendedor. Al actual Gobierno de Aragón siempre le encontrarán en esa dirección” ha asegurado la Presidenta.
La planta de Ansó está basada en una concepción moderna de integración del monte con la industria, se presenta como un modelo de negocio y de aprovechamiento forestal sostenible y ejemplar, que resulta fácilmente transferible a otras comarcas aragonesas.
Durante su inauguración, Luisa Fernanda Rudi ha recordado que en el siglo XXI hay que conseguir la riqueza suficiente para que la población pueda seguir viviendo en el mundo rural, “siendo capaces de reponer toda aquella riqueza que se introduce en los circuitos productivos”.
La nueva empresa, que ha generado 20 puestos de trabajos directos e indirectos y que ha contado con una inversión de cuatro millones de euros, produce actualmente 10.500 toneladas de biomasa al año gracias a la transformación de la madera de los bosques de la Mancomunidad, en el Pirineo oscense, en pellets y astillas que son usados como material de combustión.
La planta se encuentra ubicada en la antigua serrería de Ansó, dentro de una parcela de tres hectáreas situada en el acceso al casco urbano de la localidad, y ha supuesto una inversión de cuatro millones de euros, además de la puesta en práctica de políticas de I+D+i+d (Investigación, Desarrollo, información y demostración).
Se trata de un proyecto que es un magnífico ejemplo de colaboración público-privada, en el que participan la Mancomunidad Forestal de Ansó-Fago, propietaria de los montes; Dalkia España, referencia a nivel mundial en eficiencia energética y que se encarga del proceso de transformación de la planta; Aspurnas Ecoenergía, dedicada a los trabajos forestales y el suministro de la materia prima; y Geoforesta, encargada del asesoramiento y la prestación de los servicios técnicos de ingeniería.
Los pellets de biomasa que se producen en esta planta, son pequeños cilindros de madera comprimida que se emplean como combustible en calderas de biomasa. Se trata de un biocombustible económico, seguro, limpio y con emisión neutra. Es decir, la cantidad de CO2 emitido en la combustión es igual al CO2 absorbido por el árbol durante su crecimiento.
Actualmente se producen en la planta de Ansó 7.500 toneladas de pellets al año y 3000 toneladas de astilla. Su capacidad de almacenamiento y conservación es muy buena, y posee un elevado poder calorífico. Se calcula que dos kilogramos de pellets tienen la misma energía que un litro de gasoil.
La materia prima empleada en la nueva planta de biomasa, procede de aprovechamientos forestales de los montes de la Mancomunidad Forestal de Ansó-Fago y de la biomasa obtenida en la limpieza de los montes. Tanto las astillas como los pellet proceden exclusivamente de pino silvestre maduro, y su proceso de transformación es muy similar.