10 de Octubre de 2013
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha rendido homenaje a todos los hombres y mujeres que “han arriesgado y arriesgan su vida” en la lucha contra los incendios forestales, a través del prólogo del libro “Los aviones anfibios Canadair, operados por el ejercito del aire en la lucha contra incendios forestales”.
“Creo representar el sentir de toda la sociedad al reconocer y agradecer a todos los miembros del 43 grupo y, en general, a todos los hombres y mujeres que, por tierra o por aire, han arriesgado y arriesgan su vida en la difícil y peligrosa tarea de luchar contra los incendios forestales”, escribe el ministro. “Quiero recordar de manera especial y rendir un homenaje solemne a los 15 miembros de esta Unidad que entregaron su vida de forma generosa en acto de servicio. Siempre estarán nuestra memoria”, añade.
Editada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, “Los aviones anfibios Canadair, operados por el ejercito del aire en la lucha contra incendios forestales,” es una obra escrita por el teniente general Gonzalo Ramos, que relata la historia de unos profesionales que formaron parte de las tripulaciones de distintas unidades aéreas, entre ellas el 43 Grupo de Fuerzas aéreas, a lo largo de los más de cuarenta años de servicio en la “importantísima misión de lucha contra los incendios forestales”.
Arias Cañete afirma que para el Ministerio es “un gran orgullo publicar este libro que ofrece a los lectores la oportunidad de recorrer la historia de un gran equipo humano, con una gran vocación de servicio a la sociedad, entregado profesionalmente a unas labores muy importantes para la defensa y conservación de la riqueza natural que encierran nuestros bosques y montes”.
Como destaca en el prólogo el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, los incendios forestales en España son, y han sido, “un grave problema medioambiental” en cuyo combate han participado agentes muy diversos, aunque el “hito fundamental” que ha marcado la diferencia ha sido la utilización de la aviación en la lucha contra ellos.
Desde la entrada en escena de los medios aéreos, a mediados de los 70, las cifras de superficie quemada se han ido reduciendo significativamente, pese a que el número de incendios continúa incrementándose.
“Hace 42 años que el Ministerio compró los primeros anfibios Canadair CL-215 para la lucha contra incendios forestales. Más de cuatro décadas después, con las mejoras introducidas, estos aviones se han configurado como el avión ideal para esta tarea y hoy día continúan siendo un instrumento esencial en todo el mundo para la extinción de incendios”, describe el ministro.
En la actualidad, la flota aérea de aviones anti-incendios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente está compuesta por 17 aviones anfibios, 14 aviones del tipo C-215 y 3 de tipo CL 415, y 4 helicópteros de vigilancia; a los que se suman en la campaña de extinción otros 45 medios contratados hasta sumar los sesenta y seis medios aéreos de esta última campaña.
Las aeronaves del Ministerio tienen una capacidad de descarga de 5.500 y 6.000 litros, respectivamente, se encuentran posicionados en 8 bases aéreas militares y son operados por el 43 Grupo del Ejército del Aire. Su capacidad de reacción es de media hora y mantienen una operatividad de dos periodos diarios de 4 horas cada uno.
Tal y como explica en el prólogo del libro el ministro Arias Cañete, “esta obra relata la historia, no de máquinas, sino de hombres que han conseguido alcanzar más de 150.000 horas de vuelo en ellas y que, con su destreza en el vuelo y en su puesta a punto, se han convertido en uno de los dispositivos más valorados en nuestro país y fuera de él, por su eficacia y profesionalidad”.
Además, la campaña de extinción ha contado con un importante apoyo terrestre, compuesto por 525 profesionales “muy cualificados”, integrados en 10 Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF), así como por 11 unidades móviles de meteorología y transmisiones, todos ellos, medios técnicos y humanos, desplegados en 37 bases que cubren todo el territorio nacional.