12 de Marzo de 2014
Según reconoce la Comisión Europea en el informe “Una Europa que utilice eficazmente los recursos”, cada año en la Unión Europea (UE) se eliminan residuos, como papel, vidrio, plásticos, aluminio y acero, por valor de 5.250 millones de euros. Estos residuos son reciclables y pueden tener una segunda vida si se introdujeran en la cadena del reciclaje. El reciclado de estos residuos evitaría el equivalente a 148 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, con lo que esto supone en términos de coste ambiental. Además la Comisión advierte de que gestión más eficiente de los residuos municipales podría evitar la emisión de 92 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en el año 2020, en comparación con 1995, y que si los países europeos reciclaran el 70 % de sus residuos se crearían, al menos, 500.000 nuevos empleos en la Unión Europea.
En los últimos años los residuos reciclables se han convertido en esenciales para satisfacer la creciente demanda de materias primas derivada del proceso de industrialización de Oriente Medio y Asia y el surgimiento de la clase media en estas regiones. China empezó a importar residuos reciclables, como papel, plástico o chatarra, de EE.UU., Europa y otros países desarrollados a partir de su entrada en la Organización Mundial del Comercio, en torno al año 2000. A partir del año 2005, como consecuencia del aumento en España de la tasa de recogida de los residuos papel y, por lo tanto, de una mayor disponibilidad de este material en el mercado, se suceden las exportaciones de papel recuperado español a China.
El mercado de la exportación a Asia, es un flujo natural bidireccional, dado que a Europa llegan productos importados de esa región, embalados en cartón para su protección, lo cual provoca que ese cartón sea reciclado en nuestro entorno. A su vez, el continuo ritmo de producción asiático, requiere de esos embalajes para sus productos, que son fabricados a partir del papel y cartón reciclado en Europa e importado por los productores asiáticos. Según el informe de Forest Trends, la industria recicladora China evita que 65 millones de toneladas anuales de papel recuperado sean eliminadas en vertederos en E.E.U.U., Japón y Europa.
Además el envío de estos materiales recuperados a China se realiza utilizando sistemas de logística inversa y verde, que aprovechan los contenedores marítimos de retorno. Esta forma de optimizar las operaciones de transporte evita que un elevado número de contenedores marítimos regresen vacíos de Europa a China. Asimismo las exportaciones e importaciones que utilizan el transporte marítimo permite reducir el volumen de emisiones por kilómetro y tonelada transportada, en más de un 65% en comparación con el transporte por carretera.
En este contexto, la demanda global de materias primas ha supuesto la transformación de la industria europea de la recuperación y el reciclado de residuos. El cambio tecnológico y la apertura a otros mercados, pasando de operar únicamente en el mercado doméstico a competir en un mercado internacional cada vez más globalizado, ha supuesto para el sector un gran desarrollo y crecimiento en la última década, a pesar del impacto que la crisis financiera también ha tenido sobre esta industria.
En términos de niveles de CO2, las 486.000 toneladas de papel recuperado que se exportaron a China en el año 2012 supusieron un ahorro de 438.000 toneladas de emisiones de CO2 en vertederos, al año, en España. Se puede concluir que el comercio internacional de materiales reciclables no incrementa las emisiones de CO2, ya que los beneficios ambientales globales del reciclado, superan a las emisiones asociadas al transporte necesario, lo que garantiza el máximo aprovechamiento de los residuos como nuevas materias primas, pilar indispensable para la implantación real del concepto de economía circular.
Según Repacar (Asociación Española de Recuperadores de Papel y Cartón), la alternativa al envío de estos materiales a mercados internacionales, sería la valorización energética o la eliminación en vertedero, lo que incrementaría de forma considerable las emisiones europeas de CO2. El excedente europeo de papel y cartón recuperado en 2013 fue de 8,8 millones de toneladas. Por estos motivos Repacar considera equivocada la campaña Reciclaje Made in Europe, auspiciada por la Unión Europea, ya que supondría importantes limitaciones al sector del reciclaje.