23 de Septiembre de 2015
Se estima que para lograr 10 kgs. de queso se producen alrededor de 90 kgs. de suero procedente de la leche utilizada para su fabricación. Estas cifras suponen que solo en Europa se generan anualmente alrededor de 75 millones de toneladas de suero. Alrededor del 60% de ese suero es utilizado para generar nuevos productos alimenticios o derivados lácteos para la alimentación animal. Aún así, es necesario ocuparse de los más de 30 millones de toneladas sobrantes.
Por otro lado, la gestión de los residuos de la industria quesera es generalmente costosa y ha de cumplir rigurosamente con las normas ambientales. Los efluentes de las queserías como los sueros contienen una concentración alta de lactosa y proteínas, por lo que está totalmente desaconsejado el vertido en aguas superficiales o sistemas de alcantarillado, ya que esto provocaría un incremento de DBO (Demanda Bioquímica de Oxígeno), que las convierte en contaminantes.
Todo ello ha supuesto un quebradero de cabeza para las industrias productoras de queso, un problema al que el proyecto LIFE+WHEYPACK de la Unión Europea pretende encontrar solución.
¿Cómo aprovechar los subproductos de las industrias queseras?
La respuesta a esta pregunta la estudia el proyecto de investigación LIFE+ WHEYPACK. Este proyecto está liderado por Ainia Centro Tecnológico y en él participan como socios Central Quesera Montesinos y AIMPLAS (socios españoles) y EMBALNOR (Portugal). El equipo de especialistas formado en LIFE+WHEYPACK trabaja para demostrar la viabilidad, tanto a nivel técnico como económico, de transformar el subproducto de la industria quesera, o suero lácteo, en Polihidroxibutirato (PHB).
El PHB es un biopolímero completamente biodegradable, que se obtiene mediante un bioproceso fermentativo a través de microorganismos superproductores. Para aumentar los rendimientos productivos se han considerado los equipamientos más eficientes (menores consumos energéticos) y se han optimizado las condiciones del bioproceso fermentativo. Con el nuevo biomaterial obtenido se va a fabricar un envase 100% biodegradable para quesos, teniendo en cuenta las exigencias del propio producto, su vida útil y las funciones de calidad y seguridad alimentaria exigibles, así como su biodegradabilidad.
El interés que despierta para la industria el PHB es que estamos ante un biopolímero con unas propiedades termoplásticas similares a las del polipropileno. El PHB es resistente a las temperaturas entre -30ºC y los 120ºC, lo que supone que los productos fabricados con él mantengan la forma después de ser expuesto a dichas temperaturas. Como factor de sostenibilidad añadido, es que además de ser biodegradable, su obtención se hace a partir de fuentes renovables.
Envases 100% biodegradables a partir del excedente de suero
Como hemos visto, el excedente de suero lácteo procedente de la industria quesera se reconvierte en un producto de valor al lograr utilizar el PHB obtenido. La idea consiste en fabricar con este material envases 100% biodegradables que puedan ser aprovechados por la propia industria quesera, aunque posteriormente se estima que podrá hacerse extensible su uso para otros productos alimentarios.
Estos envases estarán diseñados teniendo en cuenta las exigencias del propio producto, como son las funciones de protección de la calidad y seguridad de los quesos. El beneficio añadido al usar este tipo de envases, viene dado en la reducción de la huella de carbono derivada de la utilización de plásticos no renovables.